"Queremos editar nuestro primer libro para celebrar el X aniversario"
Nacieron como un grupo de amigos que se juntaban en una cafetería para hablar de literatura y han terminado convertidos en uno de los colectivos más inquietos del espectro asociativo jiennense. Son 'Café de Palabras' y hoy, en plena celebración de su décimo aniversario, Lacontradejaén conversa con su presidente, Pedro Pablo García (Jaén, 1960), para conocer qué hace y quiénes conforman esta singular propuesta.
—Diez años no se cumplen todos los días, Pedro Pablo. Es más, hay colectivos que ni siquiera llegan a cumplir su primera década. Estarán ustedes encantados de la vida, ¿no?
—Efectivamente. Precisamente queremos hacer un acto para celebrarlo. Entre las actividades que tenemos programadas queremos que esta celebración sea la más importante de este año. Será sobre el mes de abril, en la biblioteca.
—'Cafe de Palabras' tiene presidente, de lo que se deduce que no es un grupo de amigos, o al menos no solo eso, sino un colectivo legalmente constituido.
—Sí, sí, es una asociación literaria, inscrita en el Registro de Asociaciones de la Junta de Andalucía.
—En estos dos lustros, ¿ha crecido mucho la criatura, o siguen más o menos los que comenzaron la aventura?
—No, no. 'Café de Palabras' empezó con un taller de escritura en la biblioteca; al terminar el taller hubo cuatro o cinco asistentes a los que les gustó tanto que decidieron juntarse y seguir escribiendo. Se empezaron a juntar en las cafeterías (de ahí viene lo de 'Café de Palabras'). Comentaban lo que habían escrito, hablaron con la biblioteca y esta les cedió una sala, que es donde nos reunimos los lunes, todos los lunes, y eso es complicado: mantener una asociación con veinticuatro personas inscritas, durante diez, años todos los lunes... Pero la gente sigue muy activa.
—Ni el confinamiento les hizo desistir de reunirse, aunque tuvieran que recurrir a nuevos formatos, ¿verdad?
—Qué va, hacíamos las reuniones telemáticas.
—Son ustedes veinticuatro, como la vieja tertulia del Portalillo, el 4x6=24=6x4 de la Plaza de Santa María. Ellos limitaban el número de socios a esa cifra, en recuerdo de los caballeros veinticuatro que regían la ciudad en tiempos pasados. ¿'Café de Palabras también acota su nómina?
—No, no, estamos abiertos a quienes quieran venir. Cuando alguien quiere entrar, lo tenemos durante un tiempo, a ve si le gusta, y cuando pasa un mes o dos y nos dice que sí, lo aceptamos. Vamos aumentando el número de socios, otros se dan de baja... Lo normal de una asociación.
—¿Cómo se sostienen? ¿Reciben alguna ayuda institucional o privada, económicamente hablando?
—Somos muy poco gastones, pagamos diez euros al año, una cosa meramente simbólica.
—Dice que aceptan nuevos socios una vez que conocen su actividad y, finalmente, se sienten atraídos por lo que hacen. Pero, ¿qué hacen, exactamente? ¿Cómo discurren esas reuniones de los lunes?
—La actividad básica es escribir en nuestras casas; todas las semanas elegimos un tema, una frase, un lema, una película, lo que se nos ocurre, y los lunes nos juntamos, leemos lo que hemos escrito y lo comentamos entre todos. Nos reímos, lo pasamos fenomenal y aprendemos, lógicamente, de unos y de otros.
—¿Poesía, prosa...? ¿Trabajan todos los géneros literarios?
—Hacemos relatos breves; hay algunos poetas también (yo, de hecho, escribo poemas y a veces los leo, hay felxibilidad en eso), pero podemos decir que nos hemos especializado en relatos breves de trescientas o cuatrocientas palabras.
—Los socios, Pedro Pablo, ¿mantienen un perfil común en lo académico, en lo profesional, en edades?
—Tenemos de todo, somos muy heterogéneos: un maestro jubilado, un bancario, funcionarios... Hay de todo, pero somos más bien mayorcillos, de cincuenta años para arriba.
—¿Y en lo literario? ¿Se consideran ustedes aficionados, o hay también socios con trayectoria editorial a sus espaldas?
—Somos todos aficionados, aunque algunos lo han intentado o han hecho su librito y lo han publicado y tienen un nivel literario bastante aceptable.
—Hablando de publicar, diez años les habrán dado para un libro...
—Una revista, lo que pasa es que nos quedamos en el primer número. Queríamos hacer una al año, con entrevistas, relatos..., pero solo llegamos a una. Lo que sí queremos, este año precisamente, es editar un libro de estos diez años, tenemos relatos de todos los gustos, tipos, temáticas; estamos recopilando los mejores, los que creemos mejorcicos, y sobre junio queremos hacer nuestro primer libro, a ver cómo sale.
—¿Qué tienen en agenda para ya mismo, presidente?
—Lo próximo son nuestros encuentros literarios. El año pasado hicimos los primeros e invitamos a Emilio Lara, autor de novela histórica. Este año serán el 17 de febrero, con Encarni Barrera como invitada, una escritora de Granada que lleva mucho tiempo viviendo en Huelma. Luego, en marzo, paticipamos todos los años en el Festival Grito de mujer, que organiza una socia nuestra y siempre colaboramos. En abril tendremos ya los actos de celebración de los diez años. Ahí queremos echar el resto.
—Todos los lunes de toda una década son muchos lunes. Tanto roce, ¿ha generado lazos de amistad, de convivencia, al margen de las reuniones semanales, o salen ustedes fritos de la biblioteca y no quieren saber nada unos de otros hasta siete días después?
—Qué va, nos hemos hecho amigos. La otra noche, por ejemplo, estuvimos en las lumbres. Tenemos el grupo fiestero, que se llama, y siempre que hay una cosa en Jaén quedamos, también por Navidad. Somos un grupito de amigos, unos más que otros, lógicamente.
—Parece que ese café literario va a seguir echando humo, que no se enfría.
—Sí, sí, nos sorprendemos de que la gente venga cada lunes con mucha ilusión, muy activos. Si algún lunes no podemos, la gente incluso se mosquea.
De todas las llamadas culturas (de la cerveza, del vino, del cannabis, del whisky...) la cultura del café es la que más me atrae, seguida de la de la cerveza. ¡Que tengáis una buena trayectoria!
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