domingo, 30 de abril de 2023

PERFILES

                                                                                                                                                                     

 

Soy María del Rocío de Vargas Aguilera. Me gusta el olor de la tinta y el rasgueo del bolígrafo sobre el papel, tal vez por eso tacho más que escribo. Las palabras juegan al escondite en mis textos y, unas veces burlonas y otras solemnes, dejan apenas entrever las dudas, locuras y pocas veces certezas de sus protagonistas. Los mundos felices me esquivan; tal vez tenga que pasarme de lo analógico a lo digital. La ironía, lo confieso, es mi pasión.


TATUAJE

“Esperó a soñar, para así, irse con él” canturreaba la camarera.

Apoyado en la barra del bar se contempló el tatuaje en el pecho. Una diminuta mariposa atrapada en la red sobre su musculado pectoral. Recordó el dolor de la aguja perforándole la piel. Una dentellada menos hiriente que la carcajada de su novio cuando se lo enseñó.

 –No te rías, le dijo. Desde hoy  luciré mis colores sólo para ti.

 Aquella misma noche salió de su vida para siempre.

“En cada nueva mano busca su tacto y en cada copa su aliento”, continuó la canción. 



Rocío De Vargas Aguilera