La siguiente historia tiene como protagonista a Chari Leiva (pinchar) pintora que expuso en la sala de exposiciones Caja Granada y un grupo de amigos y amigas de 'Café de Palabras' que entramos a ver las acuarelas de la artista, y a nuestro compañero José Miguel se le ocurrió que escribiéramos sobre algunas pinturas que había expuestas.
La idea cuajó entre los compañeros y compañeras, y el resultado lo podemos ver a continuación. Debajo de cada pintura están los enlaces de las personas que han participado en esta idea sobre el dibujo elegido en sus respectivos blogs.
Nos pareció interesante y hemos disfrutado en su elaboración. A medida que vayan publicando, iré enlazando las direcciones.
La plaza de la Magdalena
“Regreso”
Se detiene en la esquina y la
contempla cerciorándose de que cada cosa está en su sitio. Algo más vieja, pero
sigue siendo la que tantas veces ha plasmado sobre el papel; la que le evocaba
el recuerdo en los calurosos e interminables días de verano o le susurraba el
viento en las noches de invierno.
Un escalofrío recorre su cuerpo.
Al fondo divisa la ventana del que en su infancia fue su dormitorio; un
ventanuco desde el que el cielo era apenas una intuición. Asomado a él ansió
recorrer el mundo. Vivió deprisa, a más revoluciones de las permitidas y muy
pronto su mundo quedó reducido a una celda con un ventanuco desde el que apenas
se intuía el cielo.
Dio media vuelta y con paso
lento, inició un nuevo camino.
Rocío De Vargas Aguilera
Fernando también ha elegido la pintura de La plaza de la Magdalena y ha publicado en su blog 'Cuentos, historias y otras menudencias' (pinchar) el cuento titulado ' Letras bajo la pintura'.
El Blog de 'Y nacimos casualmente' (pinchar) publica Chelo su cuento titulado 'Acuarela y letras, en un mismo baile'
Paco Aguilar, en su Blog 'Viajar, Comer, Soñar...' (pinchar) ha elaborado tres cuentos, un para cada una de las imágenes y los ha titulado, 'Tras los arboles', 'La magdalena por favor' y 'El viejo'
Eljosemiguel publica en su Blog 'Acuarelas de Leiva' dedicado a La plaza de la magdalena.
Los arboles
En el Blog de Alicia 'Alis imaginaria' (pinchar) esta su cuento titulado 'Jugando'.
Cristina en su Blog 'Con una sonrisa'(pinchar) ha titulado a su texto: 'Tranquilidad inusitada'.
En el Blog 'Brisa de Venus', (pinchar)Encarni ha titulado su cuento, 'El secreto del agua'.
En el Blog 'Brisa de Venus', (pinchar)Encarni ha titulado su cuento, 'El secreto del agua'.
Juan Antonio en su Blog 'Vuelo solo a ratos' (pinchar) a titulado su cuento 'El Partido'
En el Blog 'Palabras que susurran', Juani hace dos entradas una con la acuarela de los arboles y la otra la boina, y los ha titulado respectivamente, 'No era un bosque cualquiera' y Me llamo Paul'.
Sonia publica su cuento en el Blog 'Las huellas de Mendelina' con el título 'Los zorros no hablan'.
En el Blog 'Palabras que susurran', Juani hace dos entradas una con la acuarela de los arboles y la otra la boina, y los ha titulado respectivamente, 'No era un bosque cualquiera' y Me llamo Paul'.
Sonia publica su cuento en el Blog 'Las huellas de Mendelina' con el título 'Los zorros no hablan'.
La boina
Marina ha publicado su cuento en su Blog 'Marina Duende' (pinchar) con el título 'Mi tío'.
En el Blog Germinar,(pinchar) Cristobal titula su texto, 'Mi tío el caballista'.
EL TÍO MARTÍN
Recuerdo las tardes con el tío
Martín. Su aliento a vino, sus manos hechas de papel y sus dedos rollizos que
escondían tesoros. Se sentaba en su silla de mimbre y veía la gente pasar desde
el balcón. Yo llamaba a su puerta de madera quebradiza y esperaba quince
segundos para que la puerta cediera. Su minúsculo piso estaba decorado con
fotografías de su vida. Las paredes blancas y tronchadas. Me sentaba en la
mecedora que había pertenecido a mi abuela y hablábamos largas horas. La noche
nos sorprendía y llegaba a casa con el corazón henchido de estrellas. Ansiaba
que amaneciera para volver a compartir tardes con él. Me dejaba tocar su rostro
de arcilla deshecha y adivinar la historia de cada una de sus cicatrices y
arrugas.
El día que mi tío dejó de
observar a las personas, el día que dejó de abrir la puerta, mi madre estaba
cocinando un pastel de calabaza. Recuerdo su mirada incomoda en mi hombro.
Ignoraba mi interminable repertorio de preguntas. ¿Dónde está el tío Martín? Mi
madre no dijo nada, horneaba el pastel, y restregaba continuamente las manos en
su delantal de tulipanes rojos. Me asomé al balcón, me incliné para ver el de
mi tío Martín que estaba a dos balcones del nuestro. Silbé su nombre, solo
respondieron las palomas que anidaban en los tejados. Él había desaparecido. Mi
padre me entregó el libro que el tío Martín siempre me leía al lado de su
ventana con vistas a la calle. Cuando lo abrí, leí su torcida caligrafía.
Escribió un poema de Bécquer:
De lo poco de vida que me resta
diera con gusto los mejores años,
por saber lo que a otros de mí
has hablado.
Y esta vida mortal, y de la
eterna lo que me toque, si me toca algo,
por saber lo que a solas de mí has pensado.
Sara G Martínez.
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