jueves, 5 de diciembre de 2013

Una tarde entre letras


           Aroma de café, palabras hilvanadas con cariño. Nervios, ilusión. Un público respetuoso, cálido y amable. El ambiente no podía ser mejor para compartir una tarde literaria en el Mazas. Rocío fue la encargada de presentar el acto, presidido por el cartel diseñado por Carlos para la ocasión. Tras ella, Juan Antonio rompió el hielo con dos escritos que hacían presagiar buenos momentos en torno a las letras. Así fue. Cada uno de nosotros dio lo mejor de sí para hacer llegar al respetable lo que quería trasmitir con sus textos. Relatos, cuentos y poemas cargados de sentimientos, se sucedieron acompañados por los aplausos de los allí presentes.

Hubo momentos para el romanticismo, la melancolía, la risa y la reflexión. Todos con su estilo propio, ese que nos caracteriza y diferencia de los demás. La dulzura de Sara, la espontaneidad de Paco, la ternura de Alicia, la fuerza de Juani, la juventud de Jorge y las tablas de Encarni, nuestra presidenta, que, cómo dicen algunos, parece haber ascendido del café al capuchino en esto de la escritura.
Con el paso de los minutos, conocimos a personajes dispares. Cristóbal nos presentó a Lola, una mujer altiva que acabó reconociendo sus errores, mientras que Chelo, contribuyó a las risas del público con las aventuras y desventuras de Cándida y su “churri”. Carlos, por su parte, conmovió con la historia de Irene, una mujer víctima de malos tratos.  
Las sorpresas tuvieron cabida en una tarde que resultó más emotiva de lo esperado. Carmen se animó a leer su relato ´Pantera Rosa´, que desató las carcajadas de todos, mientras que Begoña regresó, con más fuerza que nunca, aportando dos pequeños textos que leyó a través del teléfono móvil. No faltó la presencia de Fernando, que si bien no leyó ninguno de sus escritos, si que contribuyó al acto con su apoyo y sus buenos consejos. Además, Marina y Juani, dos de los últimos fichajes de la asociación, también quisieron estar con nosotros para arroparnos.
Varios compañeros, coincidieron en elegir relatos escritos bajo el lema “Peces de colores”, lo que permitió mostrar el trabajo que realizamos cada semana gracias a nuestras reuniones en la Biblioteca Provincial.

El broche final lo puso José Miguel con su particular forma de leer sus característicos trabajos, toques de flamenco y guitarra incluidos. Había llegado el momento de terminar la lectura. Y como es de bien nacidos ser agradecidos, Rocío volvió a dirigir unas palabras a quienes se habían animado a acompañarnos en una tarde muy importante para nosotros. Dio las gracias a todos, en especial a Gregorio, sin cuya colaboración no hubiera sido posible la realización del evento, y animó, a quienes tengan inquietudes literarias, a sumarse a la asociación. ´Café de Palabras´ es un colectivo que está abierto a todo aquel que ame y sienta la escritura. Nosotros, por nuestra parte, continuaremos aprendiendo y mejorando, lunes a lunes, dentro de esta pequeña gran familia que ya formamos. 


Cristina Piñar Morales

sábado, 23 de noviembre de 2013

25N Día Mundial Contra la Violencia de Género

UN PRIMOR

La cogió del brazo con fuerza y tiró de ella arrastrándola hasta la calle.
͟  ¡No me hagas esto más! ¿Lo entiendes, lo entiendes?
͟   Perdona Juan, no ha sido así. No conozco a ese chico. Miraba a Mónica que estaba detrás de mí - gritaba aturdida, descompuesta, indefensa.
La bofetada sonó a frío latigazo en la cara de Irene. Juan empezó a golpearla con rabia, descontrolado, con el puño, con la rodilla, con el pie. Un golpe tras otro y después otro y luego otros más. Gritos, sollozos, jadeos, mas gritos,  ruidos sordos de golpes haciendo eco en las paredes del callejón, mas gritos. Ya sangraba por varias heridas. Intentaba sólo con sus dos manos protegerse el rostro, el vientre, las caderas, los pechos.
Casi inconsciente, hilvanándolas con un hilo de sangre, Irene dejaba escurrir de su boca embotada, pesada y lentamente, las mismas palabras:
͟  No sigas Juan, ese chico ni siquiera me ha mirado.
Encendido, sin control, salvaje, ciego y sordo pero terriblemente violento acompañaba sus golpes con su enardecida muletilla macabra:
͟   ¡A mí no me harás esto nunca jamás, no me lo vas a hacer, no me lo vas a hacer! ¿Lo entiendes?, ¿lo entiendes? Nunca, nunca, nunca!
La policía pudo comprobar que Irene, apenas sin respiración, seguía musitando:
͟   Ni -si-quie-ra -me –ha- mi-ra-do,- ni- si-quie-ra- me- ha- mi-ra-do – ni- si-quie-ra
Le cerraron los ojos y le abrieron el puño que mantenía fuertemente apretado. Custodiaba un medallón en cuyo reverso pudieron leer: “Juan es un primor”.


Carlos Peris


martes, 12 de noviembre de 2013

RESERVA

Chelo  Galiano Santiago
"Nací en Fuensanta de Martos, una tarde de cine. Lo sé porque me contaron que allí fueron a buscar a la comadrona. Ya entonces, despuntaban mis prisas, tanto, que la mujer, tras partear, pudo regresar a la sala de proyecciones y ver el final de la película.
Tengo dos días menos de edad. El señor del Registro, no quiso venirse a bien, y anotar que mi nacimiento fue en sábado, a él le gustaba más el lunes, así que ese día quedé inscrita a todos los efectos.
Hubo un tiempo en el que pensé, que esta serie de acontecimientos fortuitos eran una señal, un aviso de que mi vida sería pura irrealidad, y visto ahora con el paso de los años, puedo asegurar que así ha sido.
Soñadora incansable, inventora de vidas paralelas, coleccionista de palabras, guionista en busca de tiempos amables… Confieso que me gusta escribir porque me gusta jugar. Y juego a veces, a ser poeta y a relatar lo que mis ojos ven y mi corazón siente.

Gozo volcando mis ensoñaciones en un papel, y espero que quien llegue hasta a mí y me lea, disfrute entre mis letras tanto como yo lo hago escribiéndolas."



LA CASITA DE CRISTAL

Engalanado sale el cazador en busca de su botín. Mira, husmea, rebusca la mejor pieza. Y la ve allí, a lo lejos. Le parece inaccesible, eso le gusta. Para atraerla, la observa, la estudia. Desgrana cada uno de sus gestos hasta conocer sus porqués. La siente segura en su casita de cristal. Segura hasta ahora, piensa.
Sabiéndose inequívoco en su elección, se prepara, apunta y al intentar disparar, ella coloca un dedo, solo uno. Su yema detiene el disparo.
Le mira, sonríe.
Comienza el juego.
Voy a comerte. Serás, el cazador... cazado, le susurra.

Chelo Galiano

Más relatos en el blog 'Y nacimos casualmente'


lunes, 4 de noviembre de 2013

RESERVA

Fernando Fabián Escribano Bravo


"Nací en Madrid entre gente sencilla y universal; de ahí cogí el mundo. Trabajé en Toledo, en una empresa de telecomunicaciones, donde lo importante era el compañerismo. Viví en La Rioja, donde el trabajo y la riqueza de la tierra me acercaron a la Naturaleza. A la vuelta, aquí en Jaén, entre la sobriedad del olivo, y la alegría del agua, empecé a escribir lo que me sucede, y a rimar compartiendo el corazón con una ciudad generosa. Aunque vivo en Andalucía, aun no tengo Wasap; algo que suele utilizar mucho el pueblo andaluz."




INOCENCIA

Fulanita (la cuñada del tío de mi hermana) ha dado a luz. A mi no me gusta ir a molestar a la gente cuando está en el hospital, sobre todo si está recién operada. Hay personas que se matan por llegar los primeros. (Mi cuñado Pablo, sea quien sea el que esté ingresado, es el primero en llegar. Por el camino, seguro que va pensando como justificar estar allí tan pronto. Suele decir: estaba cerca, somos amigos, y si no se cuidan las amistades...).
Yo prefiero esperar y verlos en casa, algo más restablecidos.

Mi pareja se empeñó en ir a ver a la niña. Unos decían que era muy fea, otras que era un amor, y yo hubiera preferido no tener que opinar. Pero allí estábamos, un montón de personas mayores, asomadas a una cuna, y profiriendo toda clase de bendiciones (incluso alguna mostraba deseos antropófagos, que pensándolo bien, daban miedo).

Fui advertido de varias formas, maneras, y en momentos diferentes del día, de que tuviera cuidado, pues la fulanita en cuestión, era muy aprensiva, y conociendo mi trayectoria familiar, lo menos que podía pasar era que la liara delante de la pobre niña, que como era nueva, no me conocía aún. Prometí comedirme más allá de mis posibilidades.

En la cuna había una niña pequeña, morena (tirando a negruzca), peluda, con la nariz chata, y ojos redondos y fijos. No miraban a ningún sitio, pero se fijaban. Inocencia querían poner a la pobre criatura. Cuando todo el mundo empezó a alabar a la recién llegada, me mantuve a la espera de mi turno. (Me di cuenta que existen adjetivos especiales, que nunca le dirías a nadie que se pudiera defender por sí mismo). La cosa es que se iban acabando los cumplidos, aunque cada persona repetía el suyo varias veces, y añadía el que había repetido la persona anterior.

Cuando llegó a mi pareja, comenzó a decir un montón de palabras que nunca había oído yo en casa, (imagino que las habría buscado en el diccionario para quedar bien). La madre que la había traído al mundo estaba pendiente de mi apreciación (seguro que había sido avisada por espías). Mi pareja dijo: es un encanto, y me miró. (La mirada era de advertencia, casi letal, envuelta en una sonrisa traicionera). Era mi turno, yo no quería repetir lo que tantas veces le habían dicho a la nueva, y en un alarde de originalidad y de inocencia le dije (con la mejor sonrisa que en esas circunstancias se puede poner) ¡Qué mona! (Aún duermo en el sofá).

Fabián Madrid


Más relatos en el Blog Cuentos, historias y otras menudencias.


martes, 1 de octubre de 2013

Actividades complementarias

Ayer nos visitó Alfonso Quesada Almagro, actor de Teatro Laboratorio que nos estuvo dando algunas pautas básicas  para cuidar la voz con una serie de ejercicios prácticos.




Alrededor de dos horas, nos sorprendió con su talento para transmitir con soltura algunos vericuetos del arte de declamar.



Consiguió captar toda nuestra atención en cada una de sus intervenciones. Aprendimos la importancia de  las palabras, que una vez escritas recobran  vida propia al recitarlas.



 Nos agasajó  con su exposición didáctica del tema y disfrutamos de su grata compañía. 

Desde  'Café de Palabras' queremos agradecerle la visita,  porque para  la asociación significó el descubrimiento de nuevos conocimientos.  Además, nos dejó la promesa de visitarnos otro día.


sábado, 14 de septiembre de 2013

RESERVA


Sonia Mena Delgado

“Voy a galope entre realidad y sueño, dejando mis pequeñas huellas con restos de tinta y macramé de papel.
Me gusta escribir y me apasiona dibujar…
Escribir pensamientos, ideas y disfrazarlas con palabras en forma de textos cortos que un día espero poder encadenar de algún modo.
Dibujar instantes con trazos rápidos de sentimientos en sus distintas tonalidades.
Uno de mis lugares favoritos:  Un paisaje de delgado horizonte y amplio cielo llamado Café de Palabras




INFLEXIÓN

Anoche me despertó la luna. Su luz cegadora me impedía abrir los ojos ante la inmensa oscuridad del cielo. Poco a poco fui tomando conciencia y cuando por fin pude divisar su presencia en la imagen panorámica creada ocasionalmente desde la ventana de la habitación, la pude sentir tan cerca…

Respiré hondo y me di la vuelta. En el armario se dibujaba nítida la silueta de mi ser que volvía a dormir agradecido enormemente por tu visita…

Sonia Mena Delgado



Más relatos en el  Blog 'Las huellas de Mendelinna'




domingo, 25 de agosto de 2013

RESERVA



Cristina Piñar Morales
"Siempre me ha gustado escribir, y desde que tengo uso de razón he querido ser periodista, una profesión que me apasiona. También me atrae la literatura. Ambos terrenos te permiten contar historias, aunque este último, además, te concede la licencia de imaginar, inventar y crear otros mundos y situaciones. Ahí es dónde radica su magia. A veces, escribir sirve como desahogo, una vía de escape para plasmar por escrito vivencias y sentimientos. Otras, ofrece la oportunidad de dar rienda suelta a la imaginación, sintiendo el poder de crear personajes que actúan y se comportan tal y cómo tú mismo decides.
El vértigo ante la presencia de una hoja en blanco siempre está ahí. Es todo un reto rellenarla con palabras que, unidas unas a otras, cobren vida y sean capaces de llegar al lector, pero al menos hay que intentarlo. Y en ello estamos, aprendiendo unos de otros y todos juntos dando pequeños pasos literarios gracias a la asociación “Café de Palabras”.




LE FALTABA UN LADRILLO

Se detuvo y miró a su alrededor. ¡Las cosas habían cambiado tanto en los últimos años! El paisaje de la ciudad continuaba repleto de grandes edificios y los coches no dejaban de transitar por las carreteras formando grandes atascos en las consideradas horas punta. A pesar de ello, había una cosa que echaba en falta, algo con lo que se entretenía en aquellas interminables mañanas de jubilado y que, de un tiempo a esta parte, había terminado por desaparecer. No, no era el café con los amigos en el bar, ni la lectura sosegada del periódico, ni siquiera el ruido de los niños de la pareja que hasta hace poco habían sido sus vecinos. Llevaba meses pateándose distintos barrios en busca de su objetivo, pero nada, ni rastro, lo más parecido que encontró fueron algunos edificios a medio hacer, en las afueras, que no tenían pinta de ser terminados a corto plazo. Lo que añoraba, y nunca pensó que llegara a hacerlo, era contemplar obras, mientras más grandes y faraónicas, mejor. ¡Pues vaya con la crisis del ladrillo! Pensó. Y ahora ¿en qué me entretengo yo?

Cristina Piñar Morales



 Más relatos en el blog  "Con una sonrisa"



domingo, 18 de agosto de 2013

PERFILES


 Alicia Hortelano Nuño

"Crecí  en la tierra de Don Quijote y Sancho, rodeada de molinos de viento, de castillos, de Ciudades Encantadas, de casas colgadas mirando hacia el abismo y de abuelas sin edad, grandes contadoras de historias pasadas.
Todo alimentó mi imaginación y comencé a escribir. Han pasado los años y continúo inventando realidades, cogiendo prestados sentimientos y recuerdos, para plasmarlos en un papel y que no desaparezcan en el país del olvido."



 

MAÑANA


Mañana me marchare mirándote. Mis ojos en los tuyos fijos hasta que la distancia nos separe. Quien me observe, descubrirá una mirada ausente, penetrante, pero no sabrá los motivos que la provocan. Sólo tú entenderás todo lo que mi boca calla y en mis ojos leerás lo que en mi corazón has despertado.

Mis palabras liberaran tus silencios. Tus silencios serenarán mi voz. Y un halo invisible nos unirá para siempre, aunque sea mañana el último día que nuestras miradas hablen de amor. 


Alicia Hortelano Nuño


Más cuentos y relatos en el Blog 'Alis imaginaria'
                                                                                                    



lunes, 5 de agosto de 2013

PERFILES



Encarni Fernández Sánchez
 
"Desde niña  llevo grabado el sonido de las olas del mar, nací en  Adra(Almería), una orilla en la que quedó anotada parte de mi vida,  escrita quizá en la memoria  del agua, y de la cual me alimento  para no olvidar mis huellas en la arena. La otra parte de mi historia la acoge la tierra adoptiva de Jaén, en ella escribo cada día con palabras de viento que mueven mis hojas desde las raíces. Y tal vez,  comencé  a escribir  para ser sólo aire, ese  que viaja como la voz de mi abuelo Juan  y me traía los cuentos  que, aún me acompañan para imaginar que la vida también se respira  si abrimos los brazos  y sujetamos un arco iris."



LA COSECHA

      Como cada tarde, cuando los colores se van apagando en el cielo, Manuel  prepara la chimenea, la enciende y después de lavarse las manos se sienta  en su escritorio  a emborronar una gastada libreta  con todo lo que le ha acontecido en  su trabajo diario.  Ese día pensó en el poder que tenían las palabras mientras plantaba  en su parcela unos cuantos   caballones.  Y  ahora, justo en el momento de su descanso, anotó en su cuadernillo  la palabra surco,  trazando con su lápiz cada letra hasta que podía plantar toda clase de semillas en una hoja de papel y que con el tiempo cubrirían un vasto campo de caracteres.  La tinta se encargaría de  buscar las raíces en el pliego y crecerían con sus tallos más largos entre aquellas palabras que se aventuraban a elevarse  hacia los espacios en blanco, sería allí donde darían sus frutos- pensó Manuel.

 También por la mañana escribió con sus manos en la tierra, y con sus dedos   otra forma de dibujar con las simientes  una futura  producción en esos huecos con los que se ayudaba a enraizar  la confianza.  Con el calor del fuego  cubriendo la habitación se imaginó a sí mismo como un  mago que sostiene el  lápiz de los deseos, unos que   labran el campo y otros que se forjan  en quimeras.  

 Y para celebrar ese descubrimiento, se llenó  un vaso de vino  hasta el borde y brindó  por la próxima recogida.  Quiso bebérselo de una vez  y  se atragantó con una palabra llena de astillas  que se había colado de un mal pensamiento.  Tal era la asfixia y el dolor punzante en el pecho que  se marchó al hospital. Una vez allí, después del  reconocimiento, una enfermera se  acercó   y le comunicó que habían hallado su problema, le iban a extraer la palabra incrustada y en su lugar lo iban a curar con esperanza.

                     Encarni Fernández Sánchez 

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